La vaquita Margarita
se pasea por el prado
muy contenta y salerosa
con su cencerro afinado.
Su cencerro da las
notas
si lo mueve con cuidado.
Unas veces suena el do
otras también suena el mi.
Si prestas mucha
atención
a veces puedes oír
una bonita canción.
Ella está muy orgullosa
porque se lo ha
regalado
un torito muy bravío
de la finca de aquí al
lado.
Cuando pasan por su
lado
las otras vacas del prado,
le susurran al oído:
Margarita, Margarita,
la del cencerro
afinado.