Mensaje de bienvenida

¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

domingo, 25 de diciembre de 2022

La abuela atómica y los Nacimientos.

Estas figuras son mis preferidas, me las compré cuando acababa de casarme, por tanto tienen 51 años

 

Me dicen mis nietos que me gustan mucho los belenes. Es verdad. Cuando llega la Navidad todas mis vivencias infantiles se agolpan en mi memoria y me vuelvo niña de nuevo. Me parece que ya he contado alguna vez esta parte de mi vida, pero es una historia tan bonita que no me resisto a contarla de nuevo.

El verdadero culpable de todo fue mi padre, que nos inculcó, Navidad a Navidad, su amor por ellos. Él nos montaba todos los años uno, a cuál más bonito que el del año anterior. Os contaré como empezaba su preparación

Durante todo el año los papeles de plata que envolvían las tabletas de chocolate que nos comíamos para merendar los guardábamos para hacer los ríos y los lagos cuando llegara el momento.

Cuando llegaba el mes de diciembre, o mejor dicho el día de mi santo, el 8 de diciembre, se acercaba el momento.

Teníamos mucho trabajo que hacer,

Un nacimiento precioso, Me gusta mucho.

Lo primero de todo era ir guardando la escoria que sacábamos del carbón con el que encendíamos la calefacción de casa.

La escoria me encantaba, parecían trozos de esponja brillante, negra y dura. La escoria, colocada entre los trozos de corcho, hacían el efecto de las montañas. Después tocaba bajar a la tienda de comestibles que había debajo de casa y allí nos prestaban unas cajas de madera que servían de patas para poner encima…

¿sabéis lo que poníamos?: pues era la puerta que cerraba el cuarto de estar. Mi padre con gran esfuerzo la sacaba de las bisagras y la colocaba encima de las cajas de madera. Después la protegíamos con muchos papeles de periódicos que también habíamos ido guardando y, cuando todo esto estaba bien colocado, teníamos que coger del altillo las cajas con las figuritas de belén. Ese trabajo le tocaba a mi hermano, que como era el más pequeño era más bajito y cabía mejor.

Por fin teníamos las cajas en el suelo y el cielo de papel para la pared. Ahora tocaba hacer inventario de lo que estaba roto y luego ir a comprar las figuritas a la Plaza Mayor. ¡Eso era lo que más nos gustaba!




Había años que se había roto alguna figura entera, así que había que comprar otra, si solo se le había roto un brazo o algo así se pegaba con pegamento y ya está. Cuando íbamos a la Plaza Mayor, los nervios se apoderaban de mí; los nervios y el frío, porque en Madrid, hace años, el mes de diciembre era frío de verdad. Abrigos, gorros, bufandas y guantes.


 Llevábamos la lista con lo que necesitábamos y siempre comprábamos algo nuevo por lo que el belén se hacía un poco más grande. A mí me encantaba comprar el musgo.

Solo la palabra MUSGO me llena el corazón de alegría. Olía a montaña, a la sierra de Madrid, a paseos por el campo. ¡Ay, qué bonito era estar allí! El olor del musgo se mezclaba con el de el corcho,
los abetos y el acebo y era como estar en la Gloria.

Allí yo veía que mi padre se hacía un poco niño, disfrutaba comprado pollitos, la señora de los pavos, o las lavanderas.

El castillo de Herodes era un poco caro y el rey y sus soldados también, pero hubo un año que nos lo compró.

Lo de la matanza de los inocentes nunca estuvo en nuestro belén. A mí me daba mucha pena, así que nunca lo pusimos.

También las panderetas y las zambombas si se nos habían roto del año anterior.

Cuando yo veía los árboles de Navidad, siempre les pedía a mis padres uno, pero ellos me decían que eran muy caros y que además eso eran costumbres extranjeras, y ahí se zanjaba todo.

De vuelta a casa, a trabajar. Lo primero era colocar el cielo en la pared. Había años que el cielo era mucho más bonito que otros, dependía del papel que comprásemos. después colocábamos el serrín para tapar los periódicos y luego hacíamos los caminos que señalábamos con piedrecitas pequeñas que durante los veranos en Águilas habíamos recogido de la playa, los ríos, la posada, el castillo de Herodes bien alto para que no se le viera mucho y no asustara a los niños y, por último, el pesebre en el centro, en el lugar principal. Después colocábamos las figuras, las nuevas y las antiguas y, algunas veces, los indios y americanos que mi hermano ponía cuando no nos dábamos cuenta.


Cuando estaba terminado, cantábamos un villancico; en mi casa siempre había alguien cantando. Casi siempre mi madre, que tenía una voz de soprano preciosa.

Como he dicho, en esos días, mis padres eran igual de felices que niños y esa felicidad nos la transmitieron a nosotros. Para mí la Navidad es la época más bonita del año. Nace el niño Jesús. Espero que este año arregle algo de lo que los hombres han estropeado.

 

Los que habéis leído este trocito de mi vida, comprenderéis porque me gustan tanto los belenes. Ahora, como mi casa es más pequeña, me tengo que contentar con poner los portales de belén, solos. Espero que os gusten las fotos que las ha hecho un fotógrafo estupendo:  


Antonio García Casas.

lunes, 20 de junio de 2022

Paloma y su amigo , el corzo, se van de vacaciones.

 



Os extrañará ver a Paloma con esta ropa de invierno cuando hace tanto calor, pero resulta que ella se va de vacaciones a los Alpes austriacos. Su amigo el corzo, la ha convencido, quiere ver a su familia austriaca y él solito no sabe ir, así que se van para allá ellos dos. Espero que lleguen bien, ya nos mandarán una postal cuando lleguen. 


 

viernes, 27 de mayo de 2022

Guille y Pablo. Pablo se queda sin cumpleaños.

 






Pablo se queda sin cumpleaños

Son la ocho de la mañana y ha sonado el teléfono en casa de los abuelos de Guille y Pablo. Es la mamá de los niños que llama preocupada porque Pablo ha amanecido malito. Bueno en realidad ha pasado toda la noche vomitando.

—¿Mamá, puedo dejarlo contigo? Tengo que trabajar y no sé qué hacer. Tenemos que llevarlo al médico ¿Puedes hacerlo tú?

La abuela de Pablo le dice que sí, que lo lleven a su casa   y que luego ella lo acercará a la doctora.

Pablo llega casi sin fuerzas, no ha desayunado y tampoco ha podido dormir. Viene llorando:

—¿Qué te pasa cielo? Ya verás cómo la doctora te manda una medicina que te cura muy rápido.

El niño sigue llorando.

—Sí, pero… ¿Y mi cumpleaños? es esta tarde.

De repente la abuela se acuerda. ¡Es verdad! Esa tarde tenían la fiesta del cumpleaños y no lo va a poder celebrar. Pablito no tiene consuelo. Sabe que hay muchos niños de su clase que esperan con ilusión la salida del colegio para ir a una sala de bolas donde lo van a celebrar.

—Mira, Pablo, no te preocupes; a lo mejor para esta tarde ya estás bien. Vamos a ver lo que te dice la doctora.

Se ha tumbado en el sofá y le han puesto los dibujos de la Pantera Rosa. Pasado un rato, la abuela entra a buscarlo.

—Venga, ya es la hora del médico. Vámonos a ver lo que te dice.

La abuela le abriga muy bien porque hace frio. Él está muy pálido y algo mareado. Además, le duele un poco la cabeza. En la consulta han tenido suerte porque no han tenido que esperar.

—A ver Pablo ¿qué te pasa?

—Pues, es que esta noche he gomitado y no podía dormir porque me dolía la cabeza.

La doctora le pone la mano en la cara y le dice:

—Tú tienes fiebre. Vamos a comprobarlo. Le coloca un termómetro digital  en la frente y lo confirma.

—Efectivamente 37’8. Tienes que estar en casa tranquilito. Nada de salir a la calle que hace mucho frío —dirigiéndose a su abuela le dice—, debe tomar mucho suero y hoy que esté a dieta. Solo alguna galleta o un poco de pan tostado. Que beba mucha agua.

—¿Y mi cumpleaños? ¿Puedo ir esta tarde a celebrarlo?

—Me temo que no, no vas a tener fuerzas, además debes reposar.

Pablo se calla pero no lo puede remediar, nada más oírla, empiezan a caerle unas lágrimas gordísimas que le mojan toda la chaqueta. Mientras sale, la abuela intenta convencerle.

—Te voy a contar lo que le pasó a tu tío José Miguel un día cuando era un poco mayor que tú.

Pablo se seca los ojos y escucha atentamente

—Toda la clase se iba a esquiar a la nieve de viaje de fin de curso, y él estaba muy contento. Tenía todo el equipaje preparado para salir por la mañana muy temprano. Él iba todos los día a natación, y esa tarde hizo lo mismo de siempre, pero, mira por dónde, un listillo, en los vestuarios,  le robo los deportivos y él se tuvo que volver a casa con las sandalias de goma puestas. Como era invierno llevaba los pies húmedos y  se resbaló y se cayó al suelo, rompiéndose el tobillo.

—¿Y no pudo ir de viaje, abuela? —preguntó el niño con cara de pena.

—Pues no, le tuvimos que llevar al hospital y  le pusieron una escayola. Tuvo que estar un mes sin poder moverse.

—Sí, pero todos mis amigos me están esperando esta tarde —dijo Pablo volviendo a acordarse de su cumpleaños.

—No te preocupes, que tu mamá les va a avisar  y lo celebrareis otro día.

—Abuela, ¿y el tío José Miguel pudo ir luego a la nieve?

—Después ha ido varias veces, pero, ese día, se fueron todos sus compañeros menos él, que  se quedó con muchísima pena en casa, sabiendo que por culpa de otro chico, se le habían estropeado sus sueños. Así es la vida Pablo, hay veces que las cosas no salen como queremos.

 Pablo parece que se convence, pero, de repente, se vuelve hacia su abuela y le dice:

—Abuela, entonces ¿me vas a comprar cromos? —le pregunta poniendo   cara de pena.

—¡Hay que ver!, como me lo pides así, es difícil decirte que no. Vale, luego te compraré dos sobres.

—No, cuatro —replica el niño

—Tres, le regatea la abuela.

Pablo se ha convencido, hoy no tendrá su fiesta de cumpleaños, pero sabe que dentro de unos días su mamá se la celebrará; la verdad es que en el fondo es un niño con suerte.

 

 

jueves, 17 de marzo de 2022

La Luna y el Sol, lectores

Ilustración tomada de Internet por NEW-Genesis

 

La Luna lee de noche

bajo la luz de un farol.

El Sol lo hace de día,

 le gusta mucho el calor.

La Luna lee poemas

que se los escribe el Sol.

Se los lee a las estrellas

que la aplauden con ardor.

El Sol lee muchos cuentos,

dicen que es un gran lector,

todos niños le escuchan

cerca del ventilador.

Todas las tardes, el Sol,

al terminar la jornada

le escribe a su enamorada

un lindo verso de amor.

Al amanecer, la Luna,

aunque se encuentra cansada

le pone al Sol en su almohada

un poema y una flor .

 

lunes, 28 de febrero de 2022

BIBLIOTECA DE SUEÑOS







BIBLIOTECA DE SUEÑOS, así se llama la antología de cuentos infantiles que ha resultado del trabajo de 97 autores e ilustradores que, de una forma altruista, hemos trabajado con el mismo fin, editar un libro que recogiese todas nuestras historias para llenar de sueños las cabecitas de los niños lectores.
Sin embargo, no ha salido solo un tomo, sino tres maravillosos tomos de este arduo trabajo colectivo y aquí está el booktrailer para que  podáis haceros una idea de lo que se trata.
Todo lo que se recaude con su venta de donará a la asociación JUEGATERAPIA  que se dedica a llevar la ilusión a niños que lo necesitan. 
 

  




 

lunes, 21 de febrero de 2022

LA OTRA TARDE BAJÉ AL MAR

 La otra tarde bajé al mar

para buscar caracolas.

¡Quería hacerme un collar!

Anduve toda la playa

sin poderlas encontrar.

Agachadita  en la arena

busqué y busqué sin parar,

pero el agua me traía

solo espuma, nada más.

Alguna bolsa bailaba

como si bailase un vals.

Mi alma se entristeció

al verla  feliz  flotar.

¿Dónde está el mar de mi infancia

donde  me solía bañar,

 y jugaba con la arena

sin colillas que quitar?

Yo no quiero un mar sin conchas

aunque pinchen al  pisar

 y me tenga que calzar

escarpines  para andar.

 Quiero peces, sal y  viento

que me acaricie al pasar.

Ver  los barquitos  veleros

navegar sin ensuciar.

Quiero revivir mi infancia

para volver a soñar

con un mar limpio y salado,

como solía encontrar

cuando era muy pequeña

y no sabía nadar.

 

 

 

 

 

martes, 25 de enero de 2022

BOOKTRAILER DE PALOMA Y EL CORZO BLANCO:EDICIÓN CORREGIDA Y AUMENTADA

 Este año, sus majestades los Reyes Magos no han podido traer a los niños, que lo habían pedido, el cuento de Paloma y el corzo Blanco debido a un problema de imprenta. Podéis solicitarlo en otra ocasión a vuestros padres. Seguro que os lo traerán con mucho gusto.

Aquí podéis ver una pequeña película en donde hacen un resumen del cuento. Espero que os guste.


martes, 11 de enero de 2022

CARLITOS Y LA CAMISETA DE HULK

 



 Carlitos y la camiseta de Hulk

 

Carlitos está loco con su camiseta verde Es la camiseta que viste Hulk, uno

 de sus héroes favoritos. La lleva puesta todo el día encima de su ropa y

 también se la pone encima del pijama, si se descuidan sus padres.

Cuando se viste con ella se pone en jarras y saca músculo, por eso, hoy va

 detrás de su abuela como alma en pena.


—Abuela, ¡lávamela, porfi! Está manchada   de chocolate. No me la puedo

 poner así.

—Carlitos, no se va a secar, y no te la puedes poner mojada.

—¡Que sí abuela! Por favor, lávamela   y luego me la planchas.

Ahí la han tocado en su punto flaco.

—Carlitos, eso de la plancha está reñido conmigo. Yo te cuento un cuento

 si quieres, pero no me pidas que te planche nada porque no me gusta

 planchar.

Carlitos está muy enfadado. Cuando se pone de mal humor no hay quien le

 aguante.

—Anda, se me ha ocurrido una cosa— le dice la abuela—. La lavamos y

 luego la meto en la secadora y así no hay que plancharla.

A Carlitos se le ha cambiado la cara, se le ha puesto una sonrisa que

 parece un angelito. Ya se le ha pasado el disgusto, pero ahora va detrás de

 la abuela preguntando que cuando va a terminar la lavadora. Ella le lleva a

 la cocina y le dice:

—Mira, ¿ves? ¿Qué pone ahí?

—Pone 8.

—Pues hasta que no salga el cero, no se puede abrir, y ten en cuenta que la

 lavadora cuanta al revés… 8,7,6,5,4,3,2,1,0.

 A Carlitos le ha satisfecho la explicación, así que se sienta con las piernas

 cruzadas mirando como se mueve el tambor, igual que si estuviera viendo

 la televisión. Enseguida vienen Josemi y Clarita y se sientan a su lado.

 Desde el salón se oye a los tres contando en voz alta: 7, al ratito 6, y así

 hasta que la lavadora se para.

—¡Abuela! Ya se ha parado, sácala. Vamos a ponerla en la secadora.

La meten en la secadora, pero como no se ve la camiseta desde fuera, e

s más aburrido estar sentado delante de ella, así que se va a jugar con sus

 hermanos.

Al rato la camiseta ya está seca y como si la hubiesen planchado. La

 abuela se la enseña a Carlitos. Él se ha puesto contentísimo. Se la pone y

 sin decir nada se va al cuarto de baño. Se mira al espejo y saca musculitos

 como su héroe favorito.

¡Qué fácil es hacer feliz a un niño1

 

 

 

 


lunes, 10 de enero de 2022

Paloma y el corzo blanco, edición corregida y ampliada

 


Resumen del cuento Paloma y el corzo blanco, edición corregida y ampliada.

La clase de Paloma sale de excursión a la Casona y el Pabellón de Caza del Duque de Cerro-Blanco, en Segovia. Pero hay algo que no saben, y es que Paloma tiene una extraordinaria cualidad: puede entenderse con los animales. Durante el viaje, la niña se queda dormida, y un pequeño corzo albino, habitante del bosque que rodea al magnífico edificio, aprovecha para ponerse en contacto con ella y pedirle ayuda.

El corzo, junto con otros animales, le pide que les ayude a desenmascarar  al administrador del duque, don Severiano, pues están seguros de que está involucrado en actividades ilegales.

Cuando Paloma se despierta se desilusiona, porque lo que ella creía que era una aventura se convierte solo en un sueño fantástico. Sin embargo, durante la visita, va reconociendo algunas cosas que la guía del museo va explicando: el nombre del director, la colonia de corzos albinos… Entonces se da cuenta de que los animales se han servido del sueño para ponerse en contacto con ella.

Ahora Paloma tiene un gran problema. ¿Cómo convencerá a sus profesoras y compañeros para que investiguen y solucionen el enigma que encierra La Casona del que solo ella es consciente?

 

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