Mensaje de bienvenida

¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

domingo, 14 de mayo de 2023

AYER LLOVIÓ

 

Ayer llovió.



Estábamos en La Azohía, un lugar maravilloso de nuestra costa murciana, en donde se ha respetado una construcción no invasiva, sin los abusos que se han llevado a cabo en otras zonas de las playas levantinas. El paseo por la orilla del mar es tranquilo y apacible.



 La vista desde la terraza del piso de arriba era una preciosidad, aunque se estaban formando algunas nubes. 



De repente, en cuestión de unos minutos, las montañas se cubrieron de nubes negras. Casi no se veía, parecía que había niebla y todo se oscureció. Empezaron a caer unas gotas, pocas al principio, volví a escuchar el sonido sordo del agua sobre la tierra seca del monte que teníamos detrás y el chapoteo del agua sobre las baldosas de la terraza de la casa en donde estábamos. Era maravilloso escuchar, como si se tratase de distintos instrumentos, el sonido de la lluvia según cayese sobre una superficie u otra. No me lo podía creer, otra vez caía agua del cielo y empezaba la melodía de la lluvia. Salí a la terraza, necesitaba respirar el aire húmedo, limpiarme los pulmones del polvo de tantos meses sin caer la lluvia y entonces la tierra y el mar, al recibir la bendición del riego del cielo empezaron a desprender aromas a campo, a tomillo y a romero. También las higueras que había por allí cerca me regalaron su perfume y el mar dejo que el olor a sal llegase hasta mí.  La sinfonía aumentó con los truenos que retumbaban en las montañas, y los rayos que caían en el mar agregaron belleza al momento. Fue una fiesta para los sentidos. En aquel momento me reconcilié con la madre naturaleza que tanto calor nos había dado en los días anteriores.

Esperemos que podamos resarcirla de tantos desastres que hemos provocado sobre su piel.

martes, 2 de mayo de 2023

Cruces de mayo en Granada.



Cruz de la casa morisca Ajsaris


Mañana es el 3 de mayo, el día dedicado a la Santa Cruz. Para mí el día más bonito que se puede vivir en Granada.

Me llamó mucho la atención, cuando recién llegada de Madrid para vivir en esa ciudad, salí a la calle sin saber con lo que me iba a encontrar.

Yo llevaba viviendo en Granada algunos meses y ya tenía algunas amigas. Ellas me habían hablado mucho del 3 de Mayo, pero  nunca me podía imaginar con lo que me iba a encontrar. Me trajeron unos claveles para que me los pusiera en el pelo y me aconsejaron el vestido que tenía que ponerme para no desentonar mucho.

Colegio Sagrada Familia, Pureza de María, Tercer premio.



Del mismo colegio, una Cruz de infantil.

Cuando por fin salimos, me encontré con la maravilla en que se transforma la ciudad en ese día.  Las calles, colegios, comercios, plazas y barrios habían colocado preciosos altares en honor a la Santa Cruz. Todas las cruces en medio de los altares   estaban  cuajada de flores, la mayoría de las veces de color rojo, el color de Cristo, y alrededor de la misma multitud de objetos granadinos que adornaban el altar: Mantones de Manila, jarrones y braseros de cobre reluciente, cerámica, guitarras…todo aquello que pudiese dar lustre a su Cruz de mayo. Por adornar que no quede, un año un colegio se llevó el primer premio porque hicieron delante del altar una cueva del Sacromonte con un corral y llevaron hasta las gallinas.


Lo que no puede dejar de tener un altar de la Cruz en Granada es una manzana reineta con unas tijeras clavadas. Os lo explico, en Granada a estas manzanas se las llama peros. Para que la gente no le ponga peros a sus cruces, ponen el pero con las tijeras clavadas, para avisar de que no admiten malas críticas a su cruz. No me digan que no tiene gracia.

La gente, por la calle baila y canta la reja, el vito, sevillanas, malagueñas y todo lo que les sale de su alma artista, porque los andaluces tienen arte para regalar.

Colegio de la Asunción.

Si quieres seguir el típico paseo para ver las cruces debes de coger fuerza para las cuestas que te esperan. Lo normal es tomarse un vermut con vino de Málaga y otro de la Alpujarra en las bodegas Castañeda para seguir el recorrido de las Cruces y subir al barrio del Albaicín donde podréis encontrar las más típicas y tradicionales.

Cruz de la Abadía del Sacromonte


A estas letras solo les falta que las hubiera escrito desde algún rincón de la Alhambra o del Albaicín. Hubiera sido precioso poder haberlo hecho.

 

Desde mi primer encuentro con las Cruces, cada vez que las recuerdo siento una emoción que no he podido olvidar. Aquella profusión de colores y olores, se me clavó en el corazón y siempre que llega esta fecha intento escarbar en mis recuerdos para volver a revivir aquella sensación que me produjo mi primera fiesta de la Cruz en Granada.

Les agradezco a mis amigos de la pandilla del club Masacaba que me han ayudado a recordar y me han mandado las fotos de las cruces de este año.




                                     Cruz de mayo del camarín de Ntra.Sra. del Rosario 3er. premio.