SE
ACABÓ LA NAVIDAD
El Niño Jesús dormía,
la mula lo calentaba,
en sus sueños celestiales
con arcángeles soñaba.
Pero dentro del belén
voces y gritos se oían.
Hasta los
animalitos
inquietos se
removían.
Las figuras protestaban,
no querían otro año
estar en cajas guardadas,
el cartón las agobiaba.
—¡Pues yo no quiero ir al paro!
—¡Ni yo tampoco!
— Ni yo,
añadió el rey Melchor.
Ante el bullicio formado
bajó un arcángel del cielo
si escuchaban
su opinión
les haría entrar en razón.
Y con voz
potente habló:
— Se acabó la Navidad,
la fiesta ha finalizado
llega la tranquilidad.
Os conviene descansar,
que con tantos villancicos,
turrones y mazapán
el reposar unos días
os vendrá fenomenal.
Los consejos
del arcángel
como bálsamo actuaron,
las figuras del belén
al escucharlo callaron
—Cuando regrese la estrella
os volverán a
sacar
y una nueva Navidad
amor y paz nos traerá.
El Niño Jesús dormía,
no se enteraba de nada.
La navidad terminaba,
pero la vida seguía.
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