Dibujo realizado por mi nieto Guillermo |
El señor
lenguado, elegante y fino,
llega a la
consulta; se sabe el camino
-A ver,
cuénteme -dice el señor Pulpo,
mientras con
sus brazos
le toca la
frente y le toma el pulso.
-Pues mire
doctor,
tengo la
barriga un poco inflamada,
me duele un
montón.
-Eso puede
ser de un gran atracón.
-¡Qué va! Si
no como, no tengo apetito.
ni a un trozo de gamba doy un
bocadito.
-Pase por aquí, con los rayos X vamos
a saber
lo que a
simple vista no podemos ver.
¡Usted se ha
comido un globo, un tapón,
una goma
elástica y un viejo balón!
-¿Es grave,
doctor?
-Lo que
lleva dentro es veneno puro, contaminación;
no es un
alimento, es indigestión.
Si esto
sigue así va a estirar la pata,
¡qué digo!, la aleta.
-Me asusta,
señor, ¿me voy a morir?
-Seguro que
no, si sigue esta receta al pie de la letra:
En el
desayuno caldo de pescado,
para la
comida erizos asados
y para cenar
ensalada de algas debe de tomar.
-Lo que
usted me manda lo voy a cumplir,
todavía soy
joven y quiero vivir.
-Dentro de
unos días vuelva por aquí.
Veremos si ha
mejorado
con lo que yo le he mandado.
-Muchas
gracias, señor Pulpo,
-De nada,
señor Lenguado.
Don Pulpo se
queda apesadumbrado;
ya hay muchos peces con indigestión.
¡Es una
epidemia! ¿Tendrá solución?
2 comentarios:
¡Buenísimo, Conchita! Me ha encantado. Es un cuento que seguro que a los niños les gusta mucho. Te felicito.
Un abrazo
Muchas gracias Rita por tus comentarios. Estas entradas son como la gasolina para los coches. Me ayudan a seguir.
Un abrazo.
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