Mensaje de bienvenida

¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Aquarela de Toquinho


Una preciosa canción que, aunque esté cantada en portugués nos trasmite muchas ganas de vivir cuando la escuchamos.

martes, 22 de noviembre de 2011

Luis Pescetti nos cuenta EL PUNTO

Queridos niños, he encontrado esta joya maestra y he querido compartirla con vosotros. Espero que lo escuchéis hasta el final. Nos enseña que no tenemos que desanimarnos ni infravalorarnos porque con nuestro esfuerzo podremos conseguir lo que nos propongamos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Visita a Valencia: Parque de Cabecera y Mercadillo de Cromos.

Este artículo,  es el primero de una serie que voy a titular: Visitas a Valencia.
Se me ha ocurrido este domingo, cuando estaba con mis nietos paseando por las calles de esta fantástica ciudad. Pensé que podía enseñaros algunas de las actividades que los niños pueden hacer aquí durante los fines de semana y los sitios que visitar.
Esta vez, nosotros nos decidimos por ir a ver el Parque de Cabecera. Este parque  se llama así porque está situado en la cabecera del antiguo cauce del rio Turia. ¿Sabéis lo que es el cauce de un río? Pues es el lugar por donde va el agua hasta que desemboca en el mar o  en otro río.
Antiguamente, en Valencia había muchas inundaciones, pero la peor de todas fue la del año 1957. El rio se desbordó y arrasó con todo lo que pilló a su paso. Hubo 59 muertos.  Entonces, el alcalde de Valencia decidió, para evitar una nueva riada, desviar el cauce del Turia  y así eliminar el peligro de nuevas inundaciones. Desde ese momento, tuvo claro que todo ese  terreno se iba a destinar a espacios verdes y zonas de recreo y deporte. De esta forma, se convirtió en parque el millón y medio de metros cuadrados que antes servía de lecho para el Turia.
El parque de cabecera  se inauguró en el año 2005 y es pequeño pero muy bonito y original.

Tiene un lago precioso en dónde hay  una gran cantidad de patos, tortugas y barbos.


En el embarcadero puedes coger un patín con forma de cisne y darte un paseo precioso para ver desde cerca los animales que viven en el lago.

En las orillas hay juncos altísimos y,

una pradera muy grande en donde puedes tumbarte a tomar el sol  o si tienes perro jugar con él sin peligro.
También puedes coger un tren

que te da un paseo por todo el parque de una forma cómoda. Cuando vas dentro de él te puedes encontrar a muchos ciclistas o a gente que va paseando, disfrutando del ambiente festivo que allí se respira.
Hay un auditorio al aire libre, el sábado estaban haciendo una exhibición de diábolo, pero tengo que pediros perdón porque no saqué ninguna foto; solo tenía ojos para mirar el lago ¡Era tan bonito!
Después del paseo en tren fuimos a ver una zona de juegos en donde los niños se lo pasan estupendamente.



Pero fijaros si tengo que preguntar a mis nietos que es lo que más les gusta de su visita a Valencia  me dicen muy contentos:
-¡El mercadillo de cromos!
Pues sí, la primera vez que pasé por la calle Moratín esquina a San Vicente,
vi tanta gente que pensé que era una manifestación,

nos acercamos para ver qué pasaba y nos encontramos con que todo aquel jaleo se debía a  que padres, hijos, primos, abuelos y amigos se juntan allí los domingos para intercambiarse cromos.

Hay de todas las colecciones que os podéis imaginar; solo tienes que llevar los que tienes repetidos y la lista de los que os faltan y,

allí, seguro que los encuentras.

De modo que si en vuestra ciudad no hay un mercadillo como este,

solo tenéis que organizarlo: es lo mejor para completar las colecciones.
Así que ya tenéis dos cosas que hacer si vais algún fin de semana a Valencia. Otro día os hablaré de otros sitios que visitar.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Visita al colegio El Molinico de La Alberca de las Torres.


C. P. El Molinico.



Alumnos de 6º  con su tutora Mª José Carrillo.


El lunes 31 de octubre, visité el colegio El Molinico de La Alberca. La profesora de 6º, Mª José Carrillo, me invitó para que sus alumnos y yo nos conociéramos. A finales del curso pasado, leyó mi libro, “Tango, el perro pastor”, y le pareció apropiado recomendarlo para que fuera la lectura de sus alumnos durante el verano. Los chicos me recibieron estupendamente, me parecieron muy simpáticos y educados. Debido a que era la víspera del día de Todos los Santos y, para romper el hielo, empezamos a charlar sobre las diferentes costumbres de celebrar esta fiesta según los países. También les conté cómo en mi infancia este día era más bien una celebración religiosa y triste y que, sin embargo, ahora con Halloween, se enfoca de manera más lúdica. Despúes comentamos el blog de La abuela atómica en donde yo había colgado una historia que me ocurrió en este día, hacía unos años.
Cuando perdimos la timidez de los primeros instantes empezamos a hablar de Tango. Se notaba que habían trabajado muy bien el libro ayudados por una ficha estupenda que Mª José les había hecho sobre él ; pude observar que además de la historia, también se habían leído mi biografía. Esto, en mi caso, no tiene mayor relevancia porque yo no soy importante, pero me pareció muy bien que su profesora les haya inculcado ese hábito; hay veces que los chicos después de leer una novela no saben ni quién es el autor.
Los niños con mucho interés empezaron a preguntarme las dudas que tenían. Os escribo algunas de las preguntas que me hicieron:
-¿Cómo se te ocurrió escribir este libro?
-Los personajes que salen en él ¿existen?
-¿La historia es verdadera?
-¿Te gustan los perros?
-¿Sabes que en la página 49 hay una errata?
A partir de ese momento se desarrolló una conversación muy amena entre ellos, Mª José y yo. Empecé a contarles cómo me documenté sobre los perros pastores, cómo elegí Burgui como el pueblo en donde ocurre la historia, y cómo me puse en contacto con el Ayuntamiento de ese lugar, para que me facilitara la dirección de algún pastor que quisiera hablar conmigo.
Tres niños me dijeron que querían escribir cuentos cuando fuesen mayores y una de ellas, nos comentó que ya tenía uno escrito. Enseguida quisieron que les dedicase el libro, así ,que para que tuvieran una dedicatoria un poco más extensa de lo habitual, les dije que me gustaría que en la primera página copiasen el íncipit del mismo y yo se lo firmaría debajo. Naturalmente no sabían lo que significaba esa palabra.
Les expliqué que al comienzo de un libro se le llama incipìt, y recordamos un íncipit muy famoso:
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme….. Luego leímos el de Tango, lo copiaron todos en la primera página y, por último, se los dediqué.


Pasamos un rato muy agradable, además Mª José es muy aficionada a la fotografía y estuvo haciendo fotos

y hasta algunos videos durante mi visita.
Como la ficha de comprensión lectora que preparó, me parece muy interesante, la pongo también por si a algún profesor le sirve de guía.

Ficha de comprensión lectora, preparada por María José Carrillo, para trabajar el libro: TANGO,EL PERRO PASTOR.

Copia y responde estas preguntas sobre el libro que has leído.
- ¿Te ha gustado esta historia?
- ¿Por qué?
- ¿Te sientes identificado con algún personaje?
- En la lectura sale la expresión “subir a los puertos” ¿qué significa?
- ¿Qué le dice la profesora a Patxi referente a su hijo?
- ¿Qué le sucedía a Tango cada vez que subía a la montaña? ¿Por qué?
- ¿Cómo se llama el amigo del protagonista y de dónde es?
- En la página 49 hay una errata ¿podrías decir cuál?
- ¿Para qué comienzan a adiestrar a Tango?
- ¿Qué es un tándem?
- ¿Qué deciden hacer para el cumpleaños de Adrián?
- ¿Qué le regala su amigo?
- Después de la fiesta reciben una visita sorpresa ¿cuál?
- ¿Qué es un almadiero?
- ¿Es peligrosa esa profesión?
- ¿Qué le pusieron a Luís por su caída? Investiga para qué se pone esa vacuna.
- Haz un resumen del capitulo 8
- Busca en este capítulo y escríbelos, al menos tres verbos que estén en el modo imperativo, otros tres en el pretérito imperfecto de indicativo y otros en el modo subjuntivo.
- ¿A qué se refiere en la pag. 170, cuando dice:”me tendré que conformar con esta réplica”.
Si puedes, visita el blog de la autora: http://www.laabuelaatomica.blogspot.com

Fue un rato muy agradable y enriquecedor, para mí y , espero que, también para ellos. Me despedí esperando volver.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La merienda. Relato para la gente con el corazón joven.

Solíamos salir del instituto a las seis de la tarde. Hacía tiempo que habíamos comido, y nuestros estómagos se hacían notar camino de casa. Durante el recorrido que hacíamos diariamente, la calle Goya nos ofrecía cafés y pastelerías con sugerentes escaparates, delante de los cuales, mis amigas y yo nos parábamos a mirar para deleitarnos con las deliciosas tartas y pasteles que estaban expuestos. Metíamos con avidez las manos en los bolsillos de los abrigos y apenas sacábamos dos o tres pesetas cada una, insuficientes para poder comprar algunos de los dulces que allí se vendían. Alguna vez, con suerte, nos comprábamos entre todas una bamba rellana de nata y acabábamos con las narices manchadas por culpa del azúcar que le ponían por encima. Pero eso no era lo corriente, lo normal era que no teníamos el dinero necesario para satisfacer nuestro capricho.
Era invierno y las puertas de cristales solían estar cerradas. Solo se abrían cuando alguien quería entrar o salir del establecimiento. En ese momento todas nosotras, alertas al calor que de allí salía, recibíamos una mezcla de aromas que se desbordaban por la puerta de aquellos magníficos y humeantes lugares. Olíamos las tartas de fresa, los churros y las porras, el chocolate caliente y los cafés que salían continuamente de las barras en dirección a las mesas, acompañados de ensaimadas rellenas de nata. Todos estos olores se mezclaban con el humo de los autobuses y los coches que circulaban por la calzada y, a veces, con el olor a la nieve que, en aquella época, había caído en Madrid.
Cuando nos dábamos cuenta de la imposibilidad de participar en la suculenta merienda que degustaban los afortunados que estaban dentro, acelerábamos el paso sabiendo que en casa, otros olores y sabores calmarían nuestro apetito.
Bajábamos por Narváez y allí nos separábamos hasta el día siguiente.
Cuando me acercaba a mi domicilio, me volvía a invadir el perfume de la masa recién horneada de otra pastelería que acababan de inaugurar unos portales más allá del mío.
Subía en el ascensor procurando que no me viera la portera, todavía no había cumplido catorce años y, a esa edad estaba prohibido subir solos, teníamos que hacerlo acompañados de un adulto. Según me acercaba al sexto piso, iba reconociendo un olor que me era familiar. Era lunes y salía hasta la escalera el aroma a jabón lagarto junto con el del aceite para abrillantar los muebles; la asistenta y mi madre habían hecho limpieza a fondo. Llamaba al timbre con impaciencia:
-¿Qué hay de merendar mamá? Le preguntaba mientras le daba un beso y dejaba la cartera en el suelo, temiendo su respuesta. Soñaba con una merienda apetitosa.
-Pan con chocolate, respondía mi madre, sabiendo que recibiría la noticia con enfado. En aquella época, cuando te metías el chocolate en la boca, sentías una sensación extraña, parecía que estabas comiendo un terrón de arena y, además, se hacía una pasta en la lengua pegándose, al final, en el paladar. No, no era esa la merienda que yo esperaba.
-¡Por favor! déjame que me compre un xuxo-, protestaba mientras se me hacía la boca agua, solo de pensar en el bollo relleno de crema-¡Anda, solo hoy!
-No están los tiempos como para tirar el dinero en caprichitos, me decía, pero al final, iba al dormitorio, cogía el monedero y me daba dos duros:
-Toma, compra uno y lo compartes con tu hermano.
Como loca bajaba las escaleras de los seis pisos y me dirigía a la pastelería. El olor a los cruasanes, ensaimadas y demás bollos, recién hechos, me iba reconfortando según me acercaba a ella. Era como si merendase dos veces, primero cuando lo compraba y, luego, cuando me lo comía.
Ya en casa lo desenvolvía, recogía con cuidado las miguitas de hojaldre que se quedaban pegadas en el papel y me las comía con deleite.
¡Caray! después de todo, tampoco se merendaba mal en casa.
Etiqueta : relato para gente con el corazón joven.

Guille y los Dinosaurios. Infantil y 1er. Ciclo.

Dibujo realizado por Guille.


Guille  ya tiene seis años y los animales siguen siendo sus mejores amigos. Ahora ha descubierto  otro tipo de bichos: los Dinosaurios. Está impresionado con estos esqueletos tan grandes y tan distintos a los que él tiene a su alrededor. 
-Abuela ¿Existen los Dinosaurios?
Tantas veces ha hecho esa pregunta que le han explicado que vivieron hace muchos años y desaparecieron cuando un meteorito gigante cayó sobre la superficie de La Tierra llenándolo todo de destrucción y cenizas.
Se ha aprendido todos los nombres, y también, las características de cada uno de ellos. Cuando su abuela le pregunta alguna cosa sobre este tema, él se lo explica estupendamente:
-Abuela, había Dinosaurios herbívoros y carnívoros. A mí los que más me gustan son el Tiranosaurio, el Velociraptor, el Coleofisis y el Arqueoteris.
             Además de tener muchísimas réplicas de goma de estos animales, tiene todos los libros que encuentra en las librerías sobre ellos:
            -¿Qué libro quieres que te compre?
            -Quiero uno de dinosaurios. 
Cuando sea mayor quiere ser Paleontólogo para ir a buscar restos de animales y fósiles. Le fascina desenterrar huesos; su mamá siempre que puede le compra un juego hecho con yeso en donde están enterrados esqueletos pequeños. Él tiene que buscarlos con paciencia y los va rescatando con la ayuda de un cincel y un martillo de juguete. Cuando los ha descubierto todos monta con mucha paciencia el Dinosaurio completo.
Los dibuja a todas horas y siempre está hablando de ellos. Le pregunta a su mamá:
-¿Cuál te gusta más, el Velociraptor o el Tiranosaurus Rex?
Pablo, su hermanito pequeño, de tanto oír a Guille hablar de estos animales, empieza a aficionarse a ellos.
Los jueves y los viernes ven una serie en la televisión llamada “El parque Prehistórico”. En ese momento, Guille ya no existe para nadie. No se te ocurra decirle algo importante, porque él no se enterará. Solo estará pendiente de la serie. 
En el recreo, lleva siempre un paquete de galletas para comérselas ¿a que no sabéis  qué forma tiene? ¡Pues de dinosaurios!
Un día sus papás y sus abuelos le dan una sorpresa y lo llevan de viaje a Teruel para que vea dónde vivieron algunos de ellos. También, está incluida en el viaje una visita a Dinópolis. Por supuesto, le acompaña su hermano Pablo.
A los niños les gusta  Teruel porque es una ciudad con muchos bosques a su alrededor y porque a Guille le han dicho que allí vivieron esos animales hace mucho tiempo y  sabe que han encontrado huellas, huevos y huesos fósiles. 
Un día  toca  visitar Albarracín y para ir desde Teruel hasta allí han atravesado unas montañas en dónde hay cuevas con pinturas prehistóricas. Guille y Pablo han tenido que escalar un poco para poder verlas. Eso ha sido muy emocionante para ellos. Se han sentido como verdaderos hombres de las cavernas. Han cogido palos y se han hecho muchas fotos delante de las pinturas como si las hubiesen pintado ellos.
Al día siguiente los niños están emocionadísimos. Por fin van a cumplir uno de sus sueños: estar en un mundo mágico rodeados de dinosaurios. 
Han tenido que hacer cola durante un rato, pero por fin, ya están dentro. Al entrar a las instalaciones les han pintado la cara: a Guille de Tiranosaurios Rex y a Pablo de Triceratops.
Con la cara totalmente pintada se preparan para el viaje al pasado.
Han entrado en el  laboratorio de Paleontología en donde estudian todos los fósiles que encuentran. Ven una mandíbula gigante de tiburón, también muchos fósiles de distintos tipos de dinosaurios, y se montan en un coche en donde hacen un viaje en el tiempo y pueden ver una réplica de tamaño  natural de cuellilargo y un Tiranosaurio que sale de los matorrales y  ha dado un chillido tan fuerte que Pablo se ha asustado muchísimo. Después han hecho un viaje por el tiempo montados en una barca: han estado en la edad del hielo y han visto mamuts en una cueva y también hombres prehistóricos.
¡Qué viaje más emocionante!  En cuanto puedan volverán otra vez a Dinopolis.










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