Mensaje de bienvenida

¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Un misterio

 Ha aparecido sobre mi mesa este cascarón roto. ¿Qué querrá decir? Esperemos

que pronto se resuelva la duda.


miércoles, 6 de septiembre de 2023

El repartidor de pesadillas, 1er. capítulo.

 

Se acerca el comienzo del curso escolar y llega el otoño; se acabaron las actividades al aire libre y apetece más quedarse en casa leyendo un  libro. Aquí subo el primer capítulo de El repartidor de pesadillas, seguro que os gustará su lectura.


Autor: José Luís Ocaña.



1er capítulo,

 La Casa del Frío

En el pueblo la llamaban la Casa del Frío porque todo el que pasaba cerca del lugar se quedaba helado durante un rato, y hasta que no se alejaba bastantes pasos de allí no entraba en calor. Las ventanas y las puertas apenas encajaban bien, y en los días de viento se abrían y cerraban con mucha rapidez y fuerza produciendo un ruido infernal. A veces, de los portazos, se rompían algunos cristales por lo que era muy peligroso pasar cerca. Los vecinos le habían propuesto al alcalde demolerla para que no ocurriese ninguna desgracia, pero él les contestaba que eso era imposible, que la casa tenía sus dueños.

-No puedo entrar y derruir una propiedad que está habitada.

-¿Cómo habitada? Yo no he visto a nadie entrar ni salir de ella -le replicaba Genaro, el carnicero.

Dudaban que dentro hubiese inquilinos porque nunca se oía música ni otros sonidos habituales en las casas corrientes.  El dueño no tenía ni radio ni televisión, ni siquiera teléfono, y mucho menos un móvil para poder relacionarse con el exterior;  no quería saber nada de lo que ocurría fuera ni que se supiera de su existencia.

-Pues yo sí. Cuando saco a pasear a mi perro  por las noches, suelo venir por aquí y siempre hay  luces encendidas -comentó el frutero-, y por las mañanas oigo cantar a un gallo y, a veces, se escucha el cloqueo de las gallinas.

El panadero aseguró que él dejaba todos los días el pan y la leche en la puerta y que luego, a final de mes, un señor bastante extraño le abonaba el importe de las facturas.

-Veis como tengo razón, claro que hay inquilinos dentro -explicó el alcalde-. Siempre pagan la contribución y la recogida de basuras, así que esta casa no se puede tocar.

-Por lo menos podremos hablar con ellos y exigirles que la arreglen; debemos enterarnos quiénes son los que viven ahí. Le preguntaremos al párroco, él es tan  mayor que seguro que conocerá a los dueños de la casa.

Los más decididos propusieron hacerle una visita, y la comitiva se dirigió hacia la iglesia a esperar que terminase la misa de ocho para preguntarle al señor cura si él sabía algo de la historia del viejo edificio.

-Sí, sí que lo recuerdo; hace unos cuantos años llegó a este pueblo un hombre muy extraño con un niñito de la mano; les acompañaba un señor con un aspecto muy humilde, por lo que deduje que debía de ser el criado. Se instalaron en las afueras del pueblo en la Casa del Frío. Se la compraron al señor marqués que había enfermado y necesitaba mucho dinero para medicinas y, aunque no le gustó nada la pinta del comprador, no tuvo más remedio que vendérsela. Me dijeron que  cogió una pulmonía al estrecharle la mano para cerrar el trato. Siempre comentaba a sus vecinos que aquel hombre despedía tanto frío que se le quedó el brazo congelado durante un tiempo y, debido a eso, se puso más enfermo todavía -les explicó el señor cura-; fue por esa causa por lo que  empezaron a llamarla la Casa del Frío. La verdad es que cuando llegaron, al principio, todo el mundo los tomó por mendigos por el aspecto de sus trajes y lo delgados que estaban; nadie se imaginaba que tenían dinero suficiente para poder pagar esa casona que, en aquella época, era la más bonita de la comarca. Cuando el señor marqués contó a su familia la extraña sensación que sintió al darle la mano al nuevo dueño y lo malo que se puso, se empezó a correr la voz de que, aunque el recién llegado dijo que era un científico, en realidad debía ser un brujo o algo parecido. Desde ese momento, cuando los vecinos lo veían por el pueblo se cruzaban de acera para que no les echara ningún maleficio; nadie se ofreció a ser su amigo y, a veces, los chiquillos se reían de ellos. Genaro, ¿no te acuerdas de que un día te tuve que echar una buena regañina porque les quisiste tirar una piedra? -dijo el sacerdote mirando fijamente a uno de los hombres que más insistía en que aquella casa estaba deshabitada.

Al escuchar esto, todo el mundo le dirigió una mirada de reproche al carnicero que, disimuladamente, agachó la cabeza y caminando hacia atrás se fue avergonzado a su casa.

-Bueno -continuo el cura-, no sé si sería por eso o porque ellos tampoco tenían muchas ganas de conversación, empezaron a quedarse en su casa sin salir y, pasado un tiempo, no  se volvió a saber nada más de los nuevos propietarios de la Casa del Frío.

            Después de escuchar al párroco y viendo que no podían solucionar nada esa noche, decidieron dejar para otro momento el ir a hablar con los  dueños de la casa,  aunque ninguno quiso confesar que lo hacían también porque el edificio les daba un poco de miedo. Se había hecho de noche y el caserón ponía los pelos de punta.

             -Yo creo que es un poco tarde para ir a molestar a nadie -expuso el alcalde.

-Tiene usted razón. Si al menos alguno de nosotros los conociera… -contestó su secretario.

Poniendo miles de escusas, quedaron en verse otro día que les viniese bien a todos para ir a resolver el problema.

Si esos charlatanes hubiesen podido ver el aspecto de los tres individuos que habitaban en la ruinosa vivienda, no se hubiesen ido a descansar tan ricamente como lo hicieron, sino que se habrían preocupado bastante sabiendo que tenían como vecinos a unas personas muy extrañas.

            Lo que sucedía dentro de la Casa del Frío era una escena doméstica de lo más normal; lo raro era la indumentaria y el aspecto tan tétrico que ofrecían los tres hombres, que alrededor de una mesa de camilla, iluminada por una única bombilla que colgaba de un techo altísimo, parecía que estaban cenando; bueno, cenar, solo dos de ellos porque el tercero, el más anciano, estaba sirviendo a los que estaban sentados.

El hombre que estaba de espaldas a la ventana era alto y delgado; su sombra se reflejaba en la pared como si hubiesen pintado un ciprés negro frente a él. Por los malos modos con los que hablaba a los otros dos y pedía más comida, podríamos asegurar que era el dueño de aquel edificio. Sus pequeños ojos incoloros, escondidos  detrás unas gafas gruesas que se apoyaban sobre una nariz aguileña, se hundían en sus cuencas. Su pelo negro le caía por los hombros y se veía bastante descuidado.  A los lados de la cara y entre dos mechones de pelo le salían las puntas de las orejas, lo que le daba el aspecto de un duende maligno. Se notaba que el uso del jabón no era una costumbre muy arraigada en él. Las maños y las uñas estaban teñidas de distintos colores debido a los experimentos que siempre estaba realizando en el laboratorio. Sin embargo, lo que más le afeaba era la cicatriz de una quemadura que le atravesaba el lado derecho de la cara y que hacía que la comisura de la boca se elevase hacia el ojo ofreciendo un rictus extraño. Llevaba un traje negro bastante gastado, con muchos brillos  a fuerza de plancharlo a menudo; los zapatos eran también  negros con la punta tan larga y estrecha que entraban siempre en la habitación antes que él, de manera que su sirviente sabía cuándo llegaba el jefe sin necesidad de que este tuviese que avisarle con anterioridad. Como ya he dicho antes, el doctor Metodio, que era como se llamaba este individuo, se pasaba todo el día encerrado en su laboratorio preparando pócimas y brebajes que, aparentemente, no servían para nada porque las dejaba guardadas en su habitación secreta; nadie excepto él podía entrar a ese lugar.

-Alguna vez encontraré una fórmula que me hará rico -decía para disimular su tacañería, aunque no le hacía falta el dinero; tenía más de lo que se podría gastar durante toda su vida.

 Mientras trabajaba allí se solía poner una bata blanca encima de su traje negro, aunque los colores se mezclaban un poco, porque ni el negro del traje era todo lo oscuro que debía ser ni el blanco de la bata era blanco, así que parecía que iba vestido de un gris bastante triste. Él se consideraba un gran científico y sobre todo químico, pero ya os dije lo que la gente pensaba realmente  de él.

             A su lado, Críspulo, el niñito que el cura había visto llegar una noche hacía mucho tiempo junto con los dos hombres, había crecido y había dejado de ser un crío. Siempre tenía mucha hambre y se zampaba todo lo que le ponían en el plato con mucha ansiedad. Se notaba que lo que comía era insuficiente para saciar su apetito. Se  había convertido en un chico muy alto y corpulento de esqueleto, pero bastante delgado y necesitaba más alimento del que allí le daban. Debería tener aproximadamente entre dieciséis o diecisiete  años  aunque era difícil calculárselos. La característica más llamativa del muchacho era el precioso color de su pelo, rojo fuego, a diferencia del tono anaranjado más común  entre los pelirrojos.

            Muchas veces, su padrino, que era como él llamaba al doctor Metodio, le cortaba mechones para hacer experimentos en su laboratorio. Decía que esos cabellos tan especiales tenían poderes extraordinarios. Sus ojos eran verdes, redondos, muy brillantes y transparentes, parecían dos ventanas abiertas al  mar. Encima de los ojos, unas cejas también rojas y una nariz respingona.

Críspulo llevaba  unos pantalones de color verde y una  camisa a cuadros del mismo tono del pantalón que le daban el aspecto de un leñador de película antigua; los zapatos, marrones, tenían la suela de goma despegada por delante, de manera que si los mirabas de frente parecían la boca de dos hipopótamos a punto de tragarte. Su cara era un poco alargada, como todo él, aunque, a lo mejor lo que le ocurría era que estaba muy delgado y le faltaba comida para rellenar todo su cuerpo.

La otra persona que permanecía levantada trayendo leche, cereales y pan era Olegario, el pobre criado que se movía por la habitación silenciosamente, como si sus pies no pisaran el suelo.

 Olegario era muy viejo y casi no veía ni oía, por eso llevaba unas gafas muy gruesas y usaba  audífono. El doctor Metodio decía que ya no servía para nada y lo tenía en su casa a regañadientes, porque sabía que Críspulo no  consentiría que lo echase; era la única persona que le había dado cariño en su infancia y ahora a la vejez le devolvía todas las atenciones que había tenido con él.

 

viernes, 7 de julio de 2023

El coscorrón. Dedicada a mi nieto José Miguel.

Ilustradora Virginia García.



Grita fuerte Pitusín para que venga mamá

y le levante del suelo.

—¿Qué te pasa querubín, carita de terciopelo?

—Mamá pupa, mamá pupa

Y señala con el dedo

                                                   un bulto que le ha salido                                                 

con forma de caramelo.

—¿Qué te ha pasado en la frente?

¡Madre mía un coscorrón!

Vamos a ponerte hielo

que baje la inflamación,

verás que te curas pronto

y ya no te dolerá

y enseguidita podrás

irte de nuevo a jugar.

Pitusín ya está jugando

su dolor se ha terminado.

Con los mimos de mamá

¡qué rápido se ha pasado!

 


domingo, 14 de mayo de 2023

AYER LLOVIÓ

 

Ayer llovió.



Estábamos en La Azohía, un lugar maravilloso de nuestra costa murciana, en donde se ha respetado una construcción no invasiva, sin los abusos que se han llevado a cabo en otras zonas de las playas levantinas. El paseo por la orilla del mar es tranquilo y apacible.



 La vista desde la terraza del piso de arriba era una preciosidad, aunque se estaban formando algunas nubes. 



De repente, en cuestión de unos minutos, las montañas se cubrieron de nubes negras. Casi no se veía, parecía que había niebla y todo se oscureció. Empezaron a caer unas gotas, pocas al principio, volví a escuchar el sonido sordo del agua sobre la tierra seca del monte que teníamos detrás y el chapoteo del agua sobre las baldosas de la terraza de la casa en donde estábamos. Era maravilloso escuchar, como si se tratase de distintos instrumentos, el sonido de la lluvia según cayese sobre una superficie u otra. No me lo podía creer, otra vez caía agua del cielo y empezaba la melodía de la lluvia. Salí a la terraza, necesitaba respirar el aire húmedo, limpiarme los pulmones del polvo de tantos meses sin caer la lluvia y entonces la tierra y el mar, al recibir la bendición del riego del cielo empezaron a desprender aromas a campo, a tomillo y a romero. También las higueras que había por allí cerca me regalaron su perfume y el mar dejo que el olor a sal llegase hasta mí.  La sinfonía aumentó con los truenos que retumbaban en las montañas, y los rayos que caían en el mar agregaron belleza al momento. Fue una fiesta para los sentidos. En aquel momento me reconcilié con la madre naturaleza que tanto calor nos había dado en los días anteriores.

Esperemos que podamos resarcirla de tantos desastres que hemos provocado sobre su piel.

martes, 2 de mayo de 2023

Cruces de mayo en Granada.



Cruz de la casa morisca Ajsaris


Mañana es el 3 de mayo, el día dedicado a la Santa Cruz. Para mí el día más bonito que se puede vivir en Granada.

Me llamó mucho la atención, cuando recién llegada de Madrid para vivir en esa ciudad, salí a la calle sin saber con lo que me iba a encontrar.

Yo llevaba viviendo en Granada algunos meses y ya tenía algunas amigas. Ellas me habían hablado mucho del 3 de Mayo, pero  nunca me podía imaginar con lo que me iba a encontrar. Me trajeron unos claveles para que me los pusiera en el pelo y me aconsejaron el vestido que tenía que ponerme para no desentonar mucho.

Colegio Sagrada Familia, Pureza de María, Tercer premio.



Del mismo colegio, una Cruz de infantil.

Cuando por fin salimos, me encontré con la maravilla en que se transforma la ciudad en ese día.  Las calles, colegios, comercios, plazas y barrios habían colocado preciosos altares en honor a la Santa Cruz. Todas las cruces en medio de los altares   estaban  cuajada de flores, la mayoría de las veces de color rojo, el color de Cristo, y alrededor de la misma multitud de objetos granadinos que adornaban el altar: Mantones de Manila, jarrones y braseros de cobre reluciente, cerámica, guitarras…todo aquello que pudiese dar lustre a su Cruz de mayo. Por adornar que no quede, un año un colegio se llevó el primer premio porque hicieron delante del altar una cueva del Sacromonte con un corral y llevaron hasta las gallinas.


Lo que no puede dejar de tener un altar de la Cruz en Granada es una manzana reineta con unas tijeras clavadas. Os lo explico, en Granada a estas manzanas se las llama peros. Para que la gente no le ponga peros a sus cruces, ponen el pero con las tijeras clavadas, para avisar de que no admiten malas críticas a su cruz. No me digan que no tiene gracia.

La gente, por la calle baila y canta la reja, el vito, sevillanas, malagueñas y todo lo que les sale de su alma artista, porque los andaluces tienen arte para regalar.

Colegio de la Asunción.

Si quieres seguir el típico paseo para ver las cruces debes de coger fuerza para las cuestas que te esperan. Lo normal es tomarse un vermut con vino de Málaga y otro de la Alpujarra en las bodegas Castañeda para seguir el recorrido de las Cruces y subir al barrio del Albaicín donde podréis encontrar las más típicas y tradicionales.

Cruz de la Abadía del Sacromonte


A estas letras solo les falta que las hubiera escrito desde algún rincón de la Alhambra o del Albaicín. Hubiera sido precioso poder haberlo hecho.

 

Desde mi primer encuentro con las Cruces, cada vez que las recuerdo siento una emoción que no he podido olvidar. Aquella profusión de colores y olores, se me clavó en el corazón y siempre que llega esta fecha intento escarbar en mis recuerdos para volver a revivir aquella sensación que me produjo mi primera fiesta de la Cruz en Granada.

Les agradezco a mis amigos de la pandilla del club Masacaba que me han ayudado a recordar y me han mandado las fotos de las cruces de este año.




                                     Cruz de mayo del camarín de Ntra.Sra. del Rosario 3er. premio.

domingo, 16 de abril de 2023

La verdadera historia del príncipe que se convirtió en rana

 Vuelve Rigoletto, editado por la editorial Passer. El simpático príncipe que sacrifica todo lo que tiene en esta vida por cumplir con su mayor sueño, poder cantar.  No os lo perdáis.

Rigoletto, Rigo para los amigos.

miércoles, 5 de abril de 2023

Vuelvo al colegio Juan Carlos I de Llano de Brujas.

Había quedado el día 30 de marzo del 2023 en visitar de nuevo el colegio Juan Carlos I para charlar con los alumnos de 5ª y 6º sobre mi querido Tango. Si os soy sincera estaba un poco nerviosa pues después de la pandemia no había vuelto a las aulas y aunque me hacía mucha ilusión, también me preocupaba un poco. Sin embargo, sabía que los profesores de ese colegio habrían preparado a sus alumnos y la charla iba a ser muy amena y divertida. Cuando llegué el director don Joaquín ya me estaba esperando y me llevé una agradable sorpresa cuando me encontré con una profesora que conocí en la anterior visita y que, aunque ya estaba jubilada, se acercó al colegio para saludarme. Muchas gracias Virtudes Martínez Rives por ese detalle  que me alegró mucho.

Cuando llegué, el colegio estaba todo decorado con los trabajos que habían hecho los niños para la semana cultural. El tema era La Región de Murcia.

 


Trabajos de los niños, todas las paredes estaban llenas de ellos.


Precioso rincón huertano con su limonero y todo
Los mayos de Alhama.



Enseguida nos reunimos en una sala bastante grande para que estuviesen dos clases juntas, y enseguida empezamos a charlar sobre lo que de verdad les interesaba a los chicos: ¿Cómo me  había inspirado? ¿Cuánto tiempo había tardado en escribirlo? ¿Qué personajes eran reales y cuáles me había inventado?, y así muchas preguntas que hicieron que se nos pasase el tiempo en un suspiro. 
 No es cierto que no estén interesados en leer. A los chicos de edades comprendidas entre 10 y 11 años les gusta leer, solo necesitan una motivación .No sé si será porque los protagonistas del libro son  un perro y dos chicos de una edad parecida a la suya, pero se sienten muy identificados con ellos.
Después les hizo mucha ilusión que les firmase el libro a cada uno.
Como la vez anterior, para mí fue un lujo visitarlos.
Le doy las gracias a don Joaquín Blanco, el director,  y al resto de profesores que coordinaron la actividad  muy amablemente.  

Fue un ambiente muy distendido.

    

Por último José Sánchez, en nombre de todos, me dedicó unas palabras muy bonitas y me entregó un diploma por haber participado en la Semana Cultural.

     
Les llevé Paloma y el corzo blanco y No estamos solos, para su biblioteca.

Durante la actividad  lectora.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Vuelve Tango, el perro pastor.

En el año 2012, hace la friolera de 11 años, en el colegio de Llano de Brujas Juan Carlos I, eligieron mi libro Tango , el perro pastor como lectura los cursos de 5º y 6º. Disfruté muchísimo en aquella actividad lectora pues tanto las profesoras como los alumnos se implicaron en la historia e hicieron unos trabajos preciosos. Uno de ello fue un vídeo que yo no había visto y que el director actual, don Joaquín me ha enviado muy amablemente.

Este trabajo tan concienzudo no se puede dejar guardado sin enseñarlo, así que lo subo a Facebook con la seguridad de que quien lo vea apreciará el trabajo que llevó la confección del vídeo.

Resumieron un cuento de 170 páginas y tanto el texto como las ilustraciones les quedaron preciosas.

Ilustraciones: alumnos y alumnas de 5º

Texto y voz: alumnos y alumnas de 6º

Profesoras que participaron en este trabajo:

Virtudes Martínez / Eva Gloria Molina / Toñy Catalá/ Paquita Pérez/

y Rosa Montesinos y Faustino Ruiz ayudaron con sus magníficas fotos y su saber informático.


















Sí queréis ver todas las actividades que se hicieron, podéis entrar en estos enlaces que están en mi blog: 

 http://laabuelaatomica.blogspot.com/2012/05/tango-el-perro-pastor-visita-el-colegio.html 

  laabuelaatomica.blogspot.com/2012/06/tango-el-perro-pastor-en-marionetas.html



lunes, 20 de febrero de 2023

A Clarita le gusta pintar

 

A mi nieta Clara

le gusta pintar,                                          

Imagen cogida de internet.

se pasa las tardes                                                                   

venga a dibujar.                                                   

Tres añitos tiene,

se acerca a los cuatro.

Aunque es muy pequeña

no hace garabatos.

 

Pinta en los papeles

y también, a veces,

aunque sin querer,

Museo del Prado
pinta en las paredes.

 

Todos sus dibujos

los tiene colgados.

Su casa parece

el museo del Prado.

 



A su perro Tango

también ha pintado                                              

durmiendo en su cama

 muy acurrucado.

 

                    

Tango.

Carlitos de bebé
Sus dos hermanitos

no pueden faltar

y en la galería

los va a colocar     

José Miguel



A su padre pinta

cuando era bebé

con un gran babero

comiendo puré.

 


A su abuelo pone

la mar de elegante.

Con bigote y gafas

se le ve triunfante.

 

Por suerte esta tarde

me ha tocado a mí

ser protagonista

de su arte.

¡Al fin!



Nunca vi una abuela

lucir tan preciosa

con melena larga

y pendientes rosas.

 




Pero la más guapa

sin duda es mamá,

por eso la ha hecho

Reina  del Hogar.

MAMÁ
 

 

jueves, 2 de febrero de 2023

La niña y la sirena

 

La niña y la sirena

Conozco una niña

que cuando va al mar

se pone a bailar

y a dar volteretas

con sabor a sal.

Entorna los ojos,

le hace daño el sol,

pero lo soporta

aunque haga calor.

Una sirenita

la ha visto llegar,

quiere ser su amiga

y bailar un vals.

Le explica la niña

con una gran pena

que una sirena

no puede bailar.

“Sobre tu colita

no podrás girar

y en la fina arena                                       

puedes tropezar.

Pero yo sí puedo

nadar en el mar

bañarme contigo

y hasta bucear”.

Las dos amiguitas

juegan sin parar

el agua salada

sella su amistad.

 

 

 

domingo, 29 de enero de 2023

NO ESTAMOS SOLOS 1er CAPÍTULO




En un lugar del espacio a muchos años luz de la Tierra, los habitantes de un planeta llamado Androm estaban pasando una época verdaderamente angustiosa. Desde hacía tiempo los andromedianos no podían dormir, y no sabían el porqué.


Antes, los bebés nacían en unas probetas de cristal de las que se hacían cargo las nodrizas espaciales. Los alimentaban y los acostaban en unos cestillos que colgaban de los techos de unas habitaciones llamadas reposorios; estos cestos se balanceaban despacio al compás de una música muy suave que venía de las paredes. El ambiente que se respiraba en esas salas hacía que los niños durmiesen plácidamente y que se criaran muy felices. Sin embargo, los espacios para reposar ya no se utilizaban, nadie podía dormir desde que llegaron los ladrones de sueños.

Los ladrones de sueños eran los habitantes del planeta Lucxus. Tanto Lucxux como Androm formabanparte de la galaxia Andrómeda. Los lucxurianos envidiaban a sus vecinos y deseaban controlarlos.

Zárcalux, el jefe supremo de Lucxus, encargó a los ingenieros del Centro de Inteligencia que buscaran una forma de aniquilar a sus vecinos. Tenían que encontrar cómo hacerlo sin declararles abiertamente la guerra pues, de esa forma, tendrían todas las de perder ya que el planeta Lucxus era más pequeño que Androm.

Se dieron cuenta de que el cerebro de los andromedianos emitía unas ondas que les eran necesarias para dormir. Si conseguían destruirlas, el cerebro olvidaría cómo descansar; todos enfermarían y podrían vencerlos.

Para lograrlo construyeron unas máquinas instaladas en unos drones que sobrevolaban el cielo de los andromedianos cuando estaban  durmiendo; de ese modo aspiraban las ondas y las destruían.

En Androm estaban cada día más agotados. Los médicos pensaban que la falta de sueño era algo pasajero y preparaban somníferos para que pudiesen dormir, pero cuando los doctores se dieron cuenta de que había algo más detrás de aquellos prolongados insomnios, ya era demasiado tarde. No quedaba en Androm ningún cerebro capaz de producir las ondas necesarias para encontrar el descanso, y la vida en el planeta se alteró por completo.






miércoles, 18 de enero de 2023

Se acabó la Navidad

 




SE ACABÓ LA NAVIDAD

 

El Niño Jesús dormía,

la mula lo calentaba,

en sus sueños celestiales

con arcángeles soñaba.

 

Pero dentro del belén

voces y gritos se oían.

 Hasta los animalitos

 inquietos se removían.

 

Las figuras protestaban,

no querían otro año

estar en cajas guardadas,

el cartón las agobiaba.

 

—¡Pues yo no quiero ir al paro!

—¡Ni yo tampoco!

— Ni yo,

añadió el rey Melchor.

 

 

Ante el bullicio formado

bajó un arcángel del cielo

 si escuchaban su opinión

les haría entrar en razón.

 

 

 Y con voz potente habló:

— Se acabó la Navidad,

la fiesta ha finalizado

llega la   tranquilidad.

 

Os conviene descansar,

que con tantos villancicos,

turrones y mazapán

el reposar   unos días

 os vendrá fenomenal.

 

 Los consejos del arcángel

como bálsamo actuaron,

las figuras del belén

al escucharlo callaron

 

—Cuando regrese la estrella

 os volverán a sacar

y una nueva Navidad

amor y paz nos traerá.

 

El Niño Jesús dormía,

no se enteraba de nada.

La navidad terminaba,

pero la vida seguía.

 

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