Queridos amigos grandes y pequeños, el día 23 de abril se celebra el día del libro, y EL BLOG DE LA ABUELA ATÓMICA no podía dejar pasar esta fecha sin subir algún escrito que fuese diferente y que sirviese para homenajear por mi parte este día tan bonito para todos los amantes de la lectura. ¿Cómo podría hacerlo? La bombilla de las ideas se me encendió cuando hace unos días estuve en Huelva y visité Moguer, un pueblecito de casas blanquísimas, que fue el lugar de nacimiento de un maravilloso poeta: Juan Ramón Jiménez.
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Casa museo de Juan Ramón Jiménez, en Moguer. |
Qué mejor manera de celebrar este día hablando del autor de Platero y yo. Un libro prácticamente perfecto. En la casa en dónde pasó gran parte de su infancia y juventud le han dedicado un museo que recomiendo visitar, si vais de viaje por Andalucía.
Primero os hablaré de Juan Ramón Jiménez y, luego, pasaremos a leer el primer capítulo de su maravilloso libro y, aunque seáis pequeños, seguro que os gustará. Después, cuando crezcáis, debéis recordar que es una de las obras literarias que tenéis que leer. No podréis dejar de hacerlo; después de abrirlo y leer sus primeras páginas no pararéis y, al terminarlo, encontraréis que el mundo es diferente: los burros tiernos y graciosos, veréis a vuestro alrededor más mariposas, más colores, más luz, más música, en resumen todo lo que os rodea lo encontraréis más vivo. Por eso, os lo vuelvo a repetir, Platero debe una de las lecturas elegidas en vuestra vida.
Juan Ramón Jiménez fue uno de los poetas españoles más importantes de los últimos tiempos. Tanto es así que le otorgaron el Premio Nobel de literatura. Este premio es el más importante que le pueden dar a un escritor.
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Telegrama en donde se le comunicaba que le habían otorgado el premio Nobel de literatura. |
Vivió en esta casa,en la calle Ribera nº 2, desde los cuatro años hasta los treinta y la convirtió en la casa de sus recuerdos, como dice la guía que te enseña el museo; se nota que está encantada con su trabajo y que admira la figura del poeta. Cuando Juan Ramón se enteró de que en su pueblo querían hacer un museo en su honor, quiso que lo instalasen en este lugar y no en otro. Fue muy generoso con Moguer y regaló muchos de sus recuerdos personales, muebles, cuadros y una biblioteca con 4.000 libros y 7.500 revistas para que los expusiesen en su museo.
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Obras manuscritas de Juan Ramón. |
No tengo ninguna foto de la biblioteca, pero sí de la gran cantidad de obras manuscritas que tiene guardadas. Os prometo conseguir una de la biblioteca que es preciosa y cuando la tenga la colgaré.
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Interior de la casa, típicamente andaluza, con un cuadro de Juan Ramón Jiménez |
Él era un artista completo, le gustaba mucho pintar; en el museo hay muchos cuadros que él pintó y además también le gustaba mucho tocar la flauta.
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Estos dos cuadros los pintó Juan Ramón cuando solo tenía diecisiete años |
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Aquí hay algunos bocetos suyos,una partitura , una fotografia y creo que una flauta.
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Empezó a estudiar Derecho y pintura pero dejó los estudios porque se dio cuenta de que escribir era su vida. En Moguer empezó a escribir su obra más conocida “Platero y yo” que se ha traducido a muchísimos idiomas.Aquí podéis ver distintas portadas de su obra.
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Esta fue la primera edición de su libro. |
Cuando vi la primera edición de Platero me emocioné mucho. La historia de este burrito, fue mi lectura de cabecera cuando era una adolescente, así que no me pude resistir y me compré otro en el mismo museo. Mirad que portada más bonita tiene.
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No me pude resistir y me compré este libro en el museo. |
En esta vitrina hay diferentes ediciones en distintos idiomas, hasta hay uno en Braille.
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El libro de abajo está escrito en Braille,para que lo lean los niños ciegos. |
Una cosa que os hará mucha gracia es saber que tenía una letra malísima, solo le entendía Zenobia, su mujer ¡menos mal que ella le pasaba las obras a máquina! A partir de ahora que nadie os regañe por tener mala letra. ¡Ah! Otro secreto, a Juan Ramón no le interesaban mucho las reglas de ortografía , por ejemplo todas las palabras con letra g que sonasen como j, las escribía con esta letra, por ejemplo: pájina, cojidas, jeneroso. Esto os lo digo, para que no os desaniméis si tenéis faltas, porque podréis llegar a ser grande escritores si os lo proponéis.
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Manuscrito de Juan Ramón Jiménez.
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Bueno no os voy a cansar más hablando del autor, vamos a pasar a su obra.Ahora es el momento de que vuestra profesora o vuestros padres os lean el primer capítulo de Platero y yo. Vosotros, con los ojos cerrados, imaginaos al preciso burrito tal y como lo describe el poeta.
I Capítulo.
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
— Tien´ asero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
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Escultura de Platero que se encuentra en el Patio de las Flores. |
Después de este capítulo hay muchos más igual de hermosos. Espero que disfrutéis mucho con su lectura.
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Platero según mi nieto Guillermo.
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Esta es la primera vez que voy a darle la gracias a una persona muy especial para mí, es un fotógrafo buenísimo y tengo la suerte de que siempre me acompaña en mis viajes, entre otras cosas, porque es mi marido. Él es que siempre carga con la máquina de fotos y, luego, me las prepara para que las pueda subir a mi blog, de modo que... Pepe, muchas gracias.
El dibujo del final es de mi nieto Guille.