Mensaje de bienvenida

¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

domingo, 1 de mayo de 2011

GUILLE Y PABLO, NACE MI HERMANITO. Nace mi hermanito. Infantil y 1er.ciclo



Guille y Pablo: nace mi hermanito.

 

Hoy Guille se ha despertado y  ha llamado a su mamá:

—¡Mamá, mamá, he soñado que tenía un hermanito que se llamaba  Pablo! ¡Yo quiero tener un hermano! Muchos amigos de mi colegio tienen hermanos, yo también quiero tener uno.

 —No te preocupes cariño, seguro que algún día lo tendrás —le responde sorprendida.

 Pasó el tiempo y un día  su mamá, muy contenta, le dice:

—Guille, vamos a tener un bebé, aunque no sabemos si será niño o niña, a lo mejor es una niña.

 —No mamá, va a ser un niño y se va a llamar Pablo —replica—. Quiero que sea un chico  para jugar al futbol.

—No te preocupes por eso, Guille, las niñas también juegan al futbol.

 Algunas veces, cuando su mamá se acuesta porque está muy cansada, Guille pone  su cabeza encima de  ella y le habla flojito:

—Oye, soy tu hermano Guille. ¡Tengo muchas ganas de que salgas de ahí para conocerte! Tienes que estar muy aburrido tan solo.

—No digas eso, Guille. El bebé está creciendo aquí dentro y se está haciendo fuertote. Cuando nazca, tendrás tiempo de conocerle y  de jugar con él o con ella.

Pasan los días y la barriga de su mamá crece y crece. Se nota que  el bebé está  cada vez más grande.

Desde que va a aumentar la familia, Guille ve más movimiento en su casa ¡Qué suerte! Le han comprado un dormitorio nuevo y el suyo será para su hermanito. Sus muebles se le han quedado pequeños.

 Hoy, al despertarse, observa mucho jaleo; sus padres están poniendo en una maleta la ropa del pequeñín.

—¿Mamá, es que nos vamos de viaje? — pregunta.

—No, nos vamos a ningún sitio, es que el bebé ya va a nacer—responde  mientras le acaricia la cabeza con la mano.

 Guille se pone muy contento, él también quiere  ir con sus padres al hospital para conocer a su hermano, pero ve que sus abuelos  vienen para llevárselo. ¡No quiere irse con ellos!

—¡Quiero ver a Pablo! —grita  pataleando en el suelo, llorando a moco tendido.

—Mira Guille —le explica su abuela—, primero van tus papás para hablar con el médico, cuando les den una habitación para estar allí, vamos nosotros.

—No llores cariño –le suplica su mamá—, cuando vengas al hospital, tu hermanito ya habrá nacido.

Ha pasado un tiempo precioso y en casa de los abuelos suena el teléfono:

—¡Ha sido niño, un niño! —exclama su tía muy contenta—. Por fin vas a poder jugar al futbol con tu hermano, y se va a llamar Pablo como tú querías.

Guille está muy nervioso; va  a conocer a su hermano y ya no se separará más de él. Nada más entrar en la habitación ve a su mamá acostada en la cama.

—Ven Guille, mira, tu hermano quiere conocerte —le dice.

 Guille se sube a la cama con ella y, entre los dos, sujetan en brazos a Pablo. Entonces, su abuelo les saca una foto a los tres.  El niño está muy colorado y a Guille le parece muy feo aunque todos dicen que es  muy guapo  y que está muy gordito.

—Está  casi criado –comentan los abuelos.

—¡Si es pequeñísimo y seguro que no sabe comer solo! “Muchas veces no entiendo a los mayores” —piensa.

             —Vamos Guille,  es hora de irse a casa –dice su abuela cogiéndole de la mano

Él les mira con cara de sorpresa, no quiere marcharse.

¡Pobre Guille! Todavía no tiene cuatro años y no entiende que se tiene que ir  y que su mamá, su papá y Pablo se van  a quedar en ese sitio tan feo, por lo menos un día más. Llora desconsoladamente mirando a sus padres,  no tiene consuelo.

 Su tía Paloma le coge en brazos y le pregunta al oído:

—¿Quién se va a comer conmigo un  helado?

—¡¡¡Yo!!! –contesta muy contento.

Parece que eso ha surtido efecto, les da un beso a todos y se despide  hasta el día siguiente.

Mientras se comen el helado, pregunta:

 —Oye tía, ¿por qué Pablo se chupa tanto los puños?,  ¿por qué no abre los ojos?,  ¿por qué llora tanto?, ¿me habrá conocido?, ¿sabrá que soy su hermano mayor?

Su tía  no tiene tiempo de contestar a tantas preguntas. Cuando está respondiendo a una, ya tiene tres o cuatro más, en cola, esperando contestación.  Guille está muy contento y ha comprendido que Pablo debe estar en el hospital con sus padres un día más. 

3 comentarios:

Conchita dijo...

Sigue la historia de Guille y Pablo. Esta es una aventura nueva. espero que os guste.

Anónimo dijo...

Me encanto tu cuento, pero es difícil publicar un comentario, por eso lo he puesto anonimo, a ver si entra.

Ana Martínez dijo...

Me encantan todos tus cuentos.Son todos preciosos. Encontré tu blog por casualidad, por un comentario que pusiste en el Blog Encantado, de Gemi y me quedo como seguidora. Un saludo.

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