Mensaje de bienvenida

¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

viernes, 3 de junio de 2011

GUILLE Y PABLO. PABLO CRECE. Infantil, 1er y 2º ciclo


Guille y Pablo

Pablo crece

Guille, todos los días por la mañana se asoma a la cuna de Pablo y le da un beso antes de irse al cole.

—¡Está creciendo mucho! —le dice a su mamá antes de despedirse. Ella le da la razón mientras le pone la bufanda, los guantes y le pide un beso.

Efectivamente, Pablo ha crecido mucho; no hace más que comer y dormir.

 Desde los tres  meses acompaña a su mamá al trabajo. Se ha acostumbrado pronto a los sonidos de la oficina.

Le gusta ver salir los  folios disparados de la máquina de hacer fotocopias, se pone nervioso y empieza a patalear. Su mamá le acerca y le deja que ponga el dedo en el botón; cuando lo pulsa y ve  salir los papeles le da mucha risa. Así que Pablo hace fotocopias con solo tres meses.

Enseguida ha dejado de ser un bebé –eso les pasa a los bebés que tienen que acompañar a la mamá al trabajo—, y sentado en la silleta observa todo con mucha atención: es muy curioso.

Pablo  se ha hecho muy mayor; con dos años sabe hablar muy bien. Le gusta chasquear la lengua y hace un ruido que parece el sonido de un helicóptero. Todo el mundo intenta  repetir ese sonido pero a nadie le sale como a él.

Ya tiene  tres años; es el momento de empezar el cole con su hermano, pero va  muy contento porque sabe que Guille está en un aula muy cerquita de la suya.

Por la mañana, antes de entrar en clase, siempre se para en la puerta y le pide un beso; entonces, los dos se dan  un abrazo muy fuerte y él  se queda contento.

Pablo veranea con su familia cerca del mar y allí tiene muchos amigos. Le gustan muchos los cruasanes: se los come de dos en dos.

—Abuela, me he comido todos los Purasanes, soy el monstruo de los Purasanes! Bueno soy el monstruo de todo porque como de todo —dice muy ufano—. Bueno de los peces, cangrejos y tortugas no, porque de eso no como.

Se están terminando las vacaciones y Pablo no quiere volver al colegio. Su abuela es profesora, pero desde hace un año está jubilada.

—¿Cuándo empieza tu  cole abuela?

—Pablo, yo ya no voy al cole: me he jubilado

—Abuela, yo me quiero jubilar como tú para no ir al colegio. ¿Qué hay que hacer para jubilarse? —le pregunta con mucho interés.

La abuela le explica que antes de jubilarse hay que estudiar mucho y

hacerse una persona preparada para poder trabajar  de mayor.

—¡Pero abuela, yo no me sé hacer persona!  –Todos  se ríen con sus

ocurrencias.

Cuando va en el coche, juega con  Guille y sus abuelos a Veo Veo. Al principio Pablo decía que ese juego era una tontería, pero ahora le gusta mucho.

            —Veo veo.

            —¿Qué ves?

            —Una cosita que empieza por la letra… ¡coche!

Todavía no sabe las letras, pero su hermano Guillermo, con muchísima paciencia, le sigue el juego:

            —¡Un coche!

            Pablo mira a su hermano y dice:

            —Sí, has acertado te toca.

            Vuelven a empezar.

            —Empieza por la letra jota.

            Guille piensa palabras que empiezan por esa letra, hasta que dice:

            —Me rindo.

            —Pues muy fácil: jota, caballo y Rey.

            —Otra vez me toca a mí, veo una cosita que empieza por la letra ja

Empiezan a pensar hasta que se rinden.

            —Pues que va a ser,  jamón de Jabubo

Se echan a reír con su ingenio; su abuelo le mira y le dice:

            —Pablo ¡eres un niño muy listo!

            Él, le responde:

            —No abuelo, ¡es que me fijo mucho!

            En casa están muy contentos  con Pablo, especialmente Guille, porque siempre había deseado tener un hermanito como él.

 



1 comentarios:

Conchita dijo...

Con tanta emoción por la llegada de mi perro favorito TANGO, no había podido añadir un nuevo
cuento. Ahí va uno de la colección Guille y Pablo.

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