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¡Y sin embargo algunas personas dicen que se aburren!¡ Démosles libros!¡Démosles fábulas que los estimulen!¡Démosles cuentos de hadas! Jostein Gaarder

miércoles, 11 de julio de 2012

Guille y Pablo: Guille y Pablo y la poción mágica, Infantil y primaria





Guille y Pablo siempre están dando la lata con que quieren hacer magia.
-Queremos un maletín de  mago-, insisten.
-Pedídselo a los Reyes Magos-, les dicen sus padres, pero ellos siguen con la misma cantinela. En cuanto pueden, a falta de un laboratorio para hacer experimentos, se meten en  la cocina y empiezan a  mezclar especias con harina, aceite y mil cosas más  para hacer pociones como hacen las brujas de los cuentos; hay que tener mucho cuidado con ellos, porque enseguida lo ponen todo perdido.
Hoy están emocionados,  han visto una película de Magia y han salido totalmente decididos: quieren ser magos.
Cuando han llegado a casa de su abuela, le han dicho que quieren hacer una poción mágica. Quieren mezclar muchos ingredientes en un frasco y luego enterrarlo; están seguros de que cuando sean mayores y vayan a buscarlo se habrá convertido en oro.
-Mi papá lo hizo cuando era pequeño y dice que un día vamos a ir al monte al sitio en dónde lo enterró y entonces habrá lingotes de oro.
La abuela parece que no se lo cree mucho, pero como ha visto  tanta ilusión en la  carita de sus nietos accede y les prepara todos los ingredientes que ellos le piden:         

                                                  Receta para conseguir lingotes de oro:
                                                                    Ingredientes.

1 cabello de Guille,  otro de Pablo y otro de la abuela
2 pelos del conejito Max
Una hoja de arce machacada
Dos taponcitos de café molido
Cuatro o cinco miguitas de pan
Unas gotitas de detergente
Un chorrito de vinagre y otro de vino
Un pellizquito de sal
Un poquito de perejil, otro poquito de orégano
Una cucharadita  cacao
Una cucharadita de mostaza y otra de curry para que salga bien  el color del oro.


Cuando lo tienen todo preparado, la abuela les dice que todas las  pociones necesitan tener alguna palabra mágica para que surta efecto el hechizo. Ellos se quedan dudando un poco y,  después de pensar un rato, eligen una frase que repiten mientras mezclan todo con un poco de agua:
                                          Ala de murciélago, ojo de tritón, cola de ratón,
                                                     que en oro se convierta la poción.
 La abuela les sigue la corriente y cuando la  tienen preparada  van a enterrarla con mucho misterio. Buscan un sitio en el jardín debajo del arce para que tenga buena sombra en verano, hacen un hoyo y colocan el frasco dentro. Le ponen una piedra blanca encima y hacen una cruz sobre ella.  Luego dicen muy contentos:
-Cuando seamos mayores, desenterraremos el frasco y seremos muy ricos.
La abuela les escucha y  sonríe.
-La mayor riqueza que podéis desear es  vivir en un mundo de fantasía. Si cuando seáis mayores, os acordáis  de la poción y  venís a desenterrar el frasco con vuestros hijos, será cierto que vuestra ilusión os hará los más ricos del mundo.


Los dibujos que ilustran este cuento estan sacadosde la página de Google que indico debajo.


https://www.google.com/search?q=ni%C3%B1os+haciendo+experimentos&hl=en&prmd=imvns&tbm=isch&tbo=u&source=univ&sa=X&ei=nkX9T7uFIsql0QWTs7zABw&ved=0CFMQsAQ&biw=1280&bih=666

3 comentarios:

Rocío dijo...

Un cuento muy bonito, lleno de magia. Ya que creo que la imaginación de un niño ya es mágica en si misma. Me ha encantado, ya te echábamos de menos. Bss

Elizabeth Segoviano dijo...

a mi me ha llegado profundo tu hermoso cuento Conchi :) yo siempre he creído en la magia y lo sigo haciendo :) y esa es toda una riqueza :) gracias por recordármelo con tu hermoso cuento :) xoxo, Eliz

Conchita dijo...

Queridas Roro y Eliz, este verano me he metido en una aventura muy bonita pero muy dura.La niña saharaui que me he traido a casa quiere estar siempre en la calle y ese trabajo es para una madre joven no para una abuela, por eso no tengo tiempo de escribir. Espero que poco a poco se vaya acostumbrando a que aquí hay unos horarios. O se acostumbra ella o acaba conmigo. Grcias por echarme de menos.

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